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viernes, 10 de enero de 2020

Preparando Selectividad: NARRATIVA DE FIN DE SIGLO: GRUPO DEL 98 (TL 13,14, 15)


Departamento de lengua castellana                   IES DH                M.Ollers                     2º bachillerato


NARRATIVA DE FIN DE SIGLO: GRUPO DEL 98 (TL 13,14, 15)

Contextualización del Grupo del 98 y consecuencias literarias de su momento histórico
Características de la narrativa del grupo del 98
Figura y obra de algún autor representativo del Grupo o Generación del 98

  1. INTRODUCCIÓN.
    1. 1. CONTEXTO SOCIOHISTÓRICO
Recibe el nombre de Fin de Siglo un periodo de límites difusos (últimas décadas del siglo XIX y la primera década del siglo XX) marcado por el cuestionamiento de los valores de la sociedad burguesa. Históricamente el Fin de Siglo coincide con la regencia de María Cristina tras la muerte de Alfonso XII. En este periodo destacan tres circunstancias históricas: el desastre del 98 (la pérdida de las últimas colonias en América y Oceanía), la deslegitimación del sistema político de la Restauración (por las lacras del caciquismo y del fraude electoral sistemático con su consecuente alternancia al poder de conservadores y liberales) y la creciente conflictividad por el auge del anarquismo
Se desarrollan así diferentes movimientos artísticos y literarios en Europa (simbolismo, decadentismo…) y en el ámbito literario hispánico, el modernismo literario y la Generación del 98. Todos estos movimientos comparten rasgos estéticos como: el esteticismo (búsqueda de la belleza como un fin en sí misma), irracionalismo y antipositivismo (rechazo de la razón y de la ciencia como instrumentos de conocimiento y la impugnación del progreso), el tedio como estado de ánimo característicos, el culto al placer y el erotismo, el deseo de evasión de una realidad anodina o prosaica, etc.

1.2. PANORAMA DE LA NARRATIVA ESPAÑOLA DE FIN DE SIGLO
La narrativa española anterior a la Guerra Civil puede organizarse en tres etapas: las novelas de Fin de Siglo, las obras escritas durante el periodo de entreguerras y las producciones de los años treinta.
En la narrativa del cambio de siglo conviven los modelos heredados del siglo XIX con los nuevos planteamientos que cuestionan el antiguo paradigma:
  • Novela realista y naturalista. Siguen publicando autores como Emilia Pardo Bazán o Benito Pérez Galdós.
  • Novela erótica. Cultivada por los continuadores del Naturalismo, cuyo tema principal es la vida sexual de los protagonistas. Felipe Trigo con Las ingenuas.
  • Novela conservadora. En la que se exaltan los valores patrióticos y cristianos. Ricardo León con El amor de los amores.
  • Novela de Fin de Siglo. Se incluyen aquellos autores vinculados al modernismo o la Generación del 98 cuyas obras supusieron una profunda transformación de la narrativa española: Azorín, Baroja, Unamuno y Valle- Inclán.
En el periodo de entreguerras (durante la segunda y tercera décadas del siglo XX) publican sus obras los autores de la Generación del 14 y aparecen diferentes tendencias narrativas:
  • Novela intelectual. Heredera en parte del 98 será cultivada por Ramón Pérez de Ayala.
  • Novela descriptiva o formalista. Gabriel Miró.
  • Novela de vanguardia. Ramón Gómez de la Serna.
En los años 30, los años anteriores a la Guerra Civil, tenemos las siguientes tendencias:
  • Se sigue cultivando la novela vanguardista: Los terribles amores de Agliberto y Celedonia de Mauricio Bacarisse.
  • La novela social que pretende reflejar el tenso clima social y político de la época. César M. Arconada con Los pobres contra los ricos.

  1. LA GENERACIÓN DEL 98
La Generación del 98 está formada por un conjunto de escritores españoles nacidos entre 1860-75 que publican sus primeras obras en el cambio de siglo. Aunque se trata de un término discutible, podemos incluir en este grupo a: Ángel Ganivet (precursor), Ramiro de Maeztu, Azorín, Pío Baroja, Miguel de Unamuno y, con matices, a Antonio Machado y Ramón Mª del Valle-Inclán.
Estos autores presentan características y trayectorias no siempre coincidentes, pero sí que tienen algunos temas o rasgos compartidos: angustia existencial, el tema de Dios, el problema de España, el primitivismo, el subjetivismo, la renovación formal, etc.
Concretamente, las consecuencias literías del momento histórico que viven provocan: (*1)
  • La reflexión sobre la identidad de España. Frente a las medidas más prácticas propuestas por los regeneracionistas, los autores noventayochistas proponen una regeneración espiritual, que pasa por recuperar los rasgos que configuran la identidad de España.
    • Para estos la esencia de España radica en su paisaje y su literatura. Siente fascinación por Castilla. La ruina y el abandono de los campos y la decrepitud de las capitales castellanas son expresión de la decadencia del país, pero también encaran los valores esenciales del país: austeridad, nobleza, espiritualidad o entereza ante la adversidad.
    • Se identifican críticamente aquellos aspectos de la condición española que sería preciso erradicar para regenerar el país como: la abulia, el cainismo, la envidad o la religiosidad tradicional.
    • La reflexión sobre España es indisociable de la dialéctica entre europeísmo y nacionalismo.
  • La crítica social. Se critican aspectos concretos de la realidad social española:
    • Caciquismo
    • El poder de la iglesia
    • El subdesarrollo económico
    • La brutalidad de las fuerzas del orden
    • El militarismo
    • La necesidad de una reforma agraria…

    • 2.1. CARACTERÍSTICAS DE LA NARRATIVA DE LA GENERACIÓN DEL 98
  • La angustia existencial y el tema de Dios. El hastío o “spleen” es derivado de la carencia de un principio o justificación trascendente que dé sentido a la existencia. El tema de Dios aparece como reflexión sobre la inexistencia o el silencio de la divinidad y como el motivo del sacerdote que pierde la fe.
  • El problema de España. La coyuntura histórica que vive el país genera el análisis, por parte de la figura del intelectual, de la realidad social, política y cultural de España. Se reflexiona sobre la identidad de España y se critican aspectos concretos de la realidad social española. (*1. Ampliar con apartado anterior)
  • El primitivismo. El rechazo del presente, del progreso y de la sociedad burguesa da lugar a la aparición de actitudes primitivistas, que sugieren un regreso al a inocencia o a la autenticidad perdidas. Este primitivismo también aparecerá en las vanguardias. Concretamente, en los autores del 98 se desarrolla en:
    • Exaltación de lo pequeño, sencillo, vulgar o popular.
    • Interés por las manifestaciones medievales de la literatura española. Autores como Jorge Manrique o Gonzalo de Berceo inspiran a los autores noventayochistas.
    • Recuperación de un vocabulario popular o arcaico.
  • El subjetivismo. Frente a la objetividad de los movimientos anteriores, Realismo y Naturalismo, los escritores del 98 se caracterizan por una intensa subjetividad (intimismo, tono vehemente e introspección), que entronca con el realismo romántico. Para ellos, la conciencia o la percepción de la realidad que tiene el yo es más importante que el mundo exterior.
    • Sus obras están protagonizadas, con frecuencia, por seres abúlicos y desorientados, que experimentan una crisis vital y reflejan en muchos casos, las propias inquietudes del autor. Frente a la importancia de los personajes femeninos en el Realismo, estos relatos presentan, en general, protagonistas masculinos cuyo conflicto interior constituye el eje del relato.
    • El elemento narrativo se debilita a favor de la reflexión, y los relatos resultan muchos más breves, fragmentarios y desestructurados.
  • Renovación formal. Los escritores noventayochistas llevan a cabo una profunda transformación del lenguaje y de los géneros literarios. El cuestionamiento y la superación del paradigma realista o el influjo del simbolismo son ejemplos de esta voluntad de renovación. Así el simbolismo aparecen en los personajes que son expresión de la crisis de la sociedad burguesa y de la decadencia de España. Este deseo de renovación estilística oscila entre las frases cortas y el estilo antirretórico de Baroja y la prosa musical y preciosista de Valle-Inclán.









  1. AUTORES:.
  2.  JOSÉ MARTÍN RUIZ, AZORÍN
José Martínez Ruiz, quien tomará prestado como seudónimo el apellido de su personaje Antonio Azorín, nació en Monóvar (Alicante) en 1873. Su evolución ideológica es la de muchos de sus compañeros de generación: el extremismo juvenil de signo anarquista se transformó primero en escepticismo y, finalmente, en una actitud conservadora. Murió en Madrid en 1967.
El tema central de la obra narrativa y ensayística de Azorín es la reflexión sobre el tiempo. Percibe la vida como transcurso hacia la muerte que produce en él una profunda melancolía.

      1. CARACTERÍSTICAS DE LA NARRATIVA DE AZORÍN
Los rasgos característicos de su narrativa se relacionan con su obsesión por el paso del tiempo y la muerte:
  • El tiempo como repetición. Influido por Nietzsche y su idea del eterno retorno, Azorín concibe el tiempo como una reiteración inexorable de emociones y situaciones a lo largo de la historia.
  • La literatura como fuente de inspiración. Parte del análisis de los clásicos de la literatura española y de la recreación de personajes y mitos literarios. Las referencias a la tradición literaria se relacionan con la idea noventayochista de que en la creación artística se condensa la identidad de España.
  • La reivindicación de los pequeños detalles. El interés por lo pequeño o lo nimio, que responde a la voluntad de captar o eternizar el instante y se relaciona con el primitivismo propio del 98. Así Azorín utiliza un estilo singular, caracterizado por el despliegue de un léxico preciso y rico, con predilección por las frases cortas y la yuxtaposición.
  • La deliberada ausencia de acción o fábula. Los relatos, fragmentados y discontinuos, son interrumpidos por descripciones y digresiones acerca de cuestiones diversas: el dilema entre una vida activa o contemplativa, la disolución de la voluntad, el tiempo o la muerte, etc.

      1. OBRAS NARRATIVAS DE AZORÍN
De las dieciséis novelas publicadas por Azorín, destacan las cuatro primeras, caracterizadas por la utilización de material autobiográfico:
  • Diario de un enfermo. Escrita en forma de diario, el protagonista narrador es un joven de carácter indolente e hipersensible, que, tras un desengaño amoroso, decide suicidarse.
  • Trilogía de Antonio Azorín. Las siguientes novelas: La voluntad, Antonio Azorín y Confesiones de un pequeño filósofo están protagonizadas por Antonio Azorín. La segunda no retoma el hilo argumental de la primera, sino que plantea una nueva vida para el personaje, que regresa a su tierra natal y halla en el escepticismo una salida a su amargura. En la última aparecen una colección de estampas en las que el autor evoca , en primera persona, su infancia, consumando la identificación entre personaje y creador.
  • Castilla. Esta obra está formada por doce textos (algunos, entre el ensayo y el cuento) publicados inicialmente en presa y considerado una de sus obras maestras. En tres de ellos recrea personajes de obras literarias (La Celestina, El Lazarillo y La ilustre fregona) y en otros aparece el motivo de la reiteración en el tiempo de una escena o sentimiento.

    1. PÍO BAROJA
Nació en San Sebastián en 1872. Se graduó en Medicina y ejerció de médico rural, también regentó un negocio de pan. Finalmente se dedicó plenamente a la escritura. Simpatizó con el anarquismo y manifestó su rechazo hacia la democracia liberal. Murió en Madrid en 1956.

      1. OBRA NARRATIVA DE PÍO BAROJA
Por la extensión y calidad de su obra, Pío Baroja es considerado el gran novelista de la Generación del 98. Escribió más de sesenta novelas, que agrupó en trilogías:
  • La tierra vasca. La casa de Aizorri, El mayorazgo de Labraz y Zalacaín el aventurero.
  • La vida fantástica. Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox, Camino de perfección y Paradox, rey.
  • La lucha por la vida. La busca, Mala hierba y Aurora roja.
  • La raza. El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla.

A ellas hay que añadir los veintidós volúmenes de Memorias de un hombre de acción, en los que narra las hazañas de su antepasado Eugenio de Aviraneta durante la Guerra de Independencia. Se ha relacionado esta obra con el intento de Galdós en sus Episodios Nacionales de unir lo histórico y lo novelesco, y de ofrecer una interpretación liberal de la reciente historia de España.


      1. CARACTERÍSTICAS DE SU NARRATIVA
  • Baroja es el autor de su generación que incorpora en mayor grado elementos de la novela realista. Sin embargo, sobre el relato de los hechos o la descripción del entorno físico o social predominan las reflexiones o sensaciones que se suscitan en la conciencia de los personajes.
  • Pesimismo. Para Baroja, influido por Schopenhauer, la vida es una lucha continua, indisociable del sufrimiento y carente de finalidad. Desde una perspectiva individualista y escéptica, el autor refleja una visión crítica de la realidad española, en la que es patente un anticlericalismo radical.
  • Personajes polarizados. En función de su respuesta a la falta de un significado trascendente que dé sentido a la existencia, los personajes de Baroja se clasifican en:
    • Hombres de acción. Heredero del vitalismo de Nietzxhe, se entrega a una aventura incesante (Zalacaín en Zalacaín el aventurero)
    • Hombre abúlico. Desorientado y sin voluntad es incapaz de encontrar una razón para vivir (Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia)
  • Estructura abierta. Las acciones se suceden sin una progresión o plan definido, formando una sarta de episodios aparentemente inconexos. Se pretende, así, reflejar el fluir de la vida. Esta espontaneidad se relaciona con la novela vivípara de Unamuno.
  • Estilo claro. Sus novelas, en las que cobra especial importancia el diálogo, presentan un estilo funcional, en ocasiones desaliñado, que huye deliberadamente del virtuosísimo formal. Se relaciona con la tendencia antirretórica del 98.


    1. MIGUEL DE UNAMUNO
Nació en Bilbao en 1864. Fue catedrático de griego y rector en la universidad de Salamanca. La muerte de uno de sus hijos le provocó una profunda crisis. Tuvo un carácter complejo que le llevó a la militancia socialista y a las críticas al rey Alfonso XIII por lo que fue destituido de sus cargos. Apoyó inicialmente el golpe de estado que dio lugar a la Guerra Civil. Murió en 1936.
La obra literaria de Miguel de Unamuno es cauce de expresión de problemas filosóficos e inquietudes existencias. Su obra literaria está dobernada por una serie de constantes temáticas –expresión de su yo más íntimo- que aparecen recurrentemente en todos los géneros que cultivó: narrativa, ensayo, teatro y lírica.


      1. CARACTERÍSTICAS DE SU NARRATIVA
  • El tema central de su narrativa es el ansia de inmortalidad. Tras la crisis vital que sufre, Unamuno, incapaz de aceptar su finitud, de reconocerse mortal, experimenta el conflicto entre el impulso religioso y la razón. En esta fe agónica, que convive siempre con la duda, se aprecia la influencia del filósofo Kierkegaard.
El deseo de perdurar aparece en sus novelas Niebla y San Manuel Bueno, mártir.
  • Unamuno distingue dos tipos de novelas:
    • Novelas ovíparas. Nacen tras un largo proceso de documentación y planificación (Paz en la guerra)
    • Novelas vivíparas. Escritas sin plan previo, en ellas se incluye el resto de la producción novelística del autor, que responde al concepto de “nívola”, término acuñado para marcar distancias respecto al modelo de novela realista y naturalista. Las nivolas se centran en el conflicto interior del personaje. La acción se vuelve esquemática y se prescinde de los elementos espaciales o temporales. Se eliminan las descripciones y cobran importancia los diálogos y los monólogos, en los que los personajes exteriorizan sus angustias íntimas.

      1. OBRA NARRATIVA
Sus principales novelas son:

  • Niebla. El protagonista decide suicidarse tras el abandono de su prometida y acude a visitar al propio Unamuno, quien decide que, en efecto, debe morir. Pero el protagonista se rebela y pide a su creador seguir viviendo.
En ella encontramos algunos temas propios del autor, como el anhelo de inmortalidad, el conflicto entre libertad y determinismo o el paralelismo entre la relación del hombre con Dios y la de un personaje con su autor, que subraya el carácter ilusorio de la existencia.
  • San Manuel Bueno, mártir. El protagonista es un párroco que ha perdido la fe, pero finge ante sus feligreses. Unamuno plantea, así, la alternativa entre una verdad desoladora y una ilusión que ofrece consuelo o sentido.
  • Abel Sánchez. El autor reflexiona sobre la envidia (lacra de la sociedad española) mediante la recreación del mito bíblico de Caín y Abel. Para ello, opone a dos personajes amigos desde la infancia: Abel Sánchez, un pintor frívolo, admirado por la sociedad y Joaquín Monegro, un hombre inteligente a quien todos dan la espalda.




    1. RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN
Inicialmente utiliza un ritmo solemne y suave, recreando un mundo - decadente, señorial y arcaico lleno de nostalgia.

Posteriormente emplea un humor desgarrado, un colorido chillón, imágenes grotescas, mostrando una sátira caricaturesca de España.

Muestra siempre un dominio prodigioso de los recursos del idioma, cuidando al máximo el estilo y renovando profundamente el lenguaje.

En general, en su prosa modernista Valle busca el principio parnasiano "del arte por el arte" y practicar "el culto simbolista de la alusión y de la sensación".

Hay una búsqueda continua de la musicalidad al estilo de R.Darío y una huída consciente y continua del realismo y el utilitarismo.

La obra narrativa de Valle-Inclán puede organizarse en cuatro bloques: Las Sonatas, la trilogía de la guerra carlista, Tirano Banderas y la serie inconclusa El ruedo ibérico.

  • Las Sonatas (Sonata de primavera, de estío, de otoño y de invierno) constituyen la manifestación más destacada de la prosa modernista española.
El protagonista de las cuatro novelas es el marqués de Bradomín, aristócrata amoral y exquisito, que expresa en sí mismo el rechazo de la vulgaridad burguesa característico del Fin de Siglo.
Estos relatos constituyen unas memorias ficticias. El marqués relata en primera persona cuatro aventuras amorosas: su viaje juvenil a Italia y su amor imposible por María Rosario(primavera), su estancia en México y su romance con la Niña Chole, que mantiene una relación sexual con su padre (estío), sus amores con una agonizante Concha en Galicia (otoño); y su melancolía despedida del amor, tras conquistar en Navarra a María Antonieta, una mujer casada, y a la hermana Maximina, una novicia a la que conocen en el convento y que resulta ser su propia hija (invierno).
Las Sonatas están saturadas de elementos decadentistas: el satanismo y la complacencia del mal, la perversión sexual o la expresión del erotismo por medio de una simbología religiosa.
Aparecen también rasgos formales del modernismo: musicalidad, sensorialidad, adjetivación rica o profusión de recursos estilísticos.
  • La trilogía sobre la guerra carlista. Está formada por Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño. En estas novelas aparece, en tono descarnado, la brutalidad de la batalla y se anticipan los personajes esperpénticos.
  • Tirano banderas. Está ambientada en los últimos días del general Santos Banderas, al que se identifica con algunos dictadores hispanoamericanos contemporáneos. El personaje es retratado como un ser deshumanizado y perverso. La obra inaugura la llamada novela de dictadores. Formalmente, destaca el virtuosismo lingüístico de Valle que integra diversas variedades americanas, en una combinación de mexicanismos, argentinismos o antillanismos.
  • El ruedo ibérico. En sus últimos años, el autor se propuso dar forma novelesca a su visión de la historia de España desde la caída de Isabel II hasta el Desastre del 98. Los personajes que aparecen son tratados de forma esperpéntica sean de la clase social que sean.

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