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viernes, 13 de marzo de 2020

Poemas para comentar de la Generación del 27

Resultado de imagen para ACTIVIDADES                                                       ACTIVIDAD 1


LA GENERACIÓN DEL 27                   TEXTOS PARA ANALIZAR  (alumnos)
 Leed los siguientes poemas y analizadlos explicando los siguientes apartados:
1.       Contextualización de la obra
2.       Argumento
3.       Tema
4.       Estructura externa
5.       Recursos estilísticos
POEMAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA
  A la pieza teatral Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (de su teatro mayor) pertenece este  poema:
Cuando se abre en la mañana,
 roja como sangre está:
el rocío no la toca
 porque se teme quemar.
 Abierta en el mediodía,                 5
es dura como el coral:
 el sol se asoma a los vidrios
para verla, relumbrar.
 Cuando en las ramas empiezan
 los pájaros a cantar                         10
y se desmaya la tarde
 en las violetas del mar,
 se pone blanca, con blanco
 de una mejilla de sal;
y cuando toca la noche,                 15
 blando cuerno de metal,
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
 en la raya de los oscuro
 se comienza a deshojar.               20

Adivinanza de la guitarra
En la redonda encrucijada,
seis doncellas bailan.
Tres de carne y tres de plata.
 Los sueños de ayer las buscan
 pero las tiene abrazadas
 un Polifemo de oro. ¡La guitarra!



                  Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla
 Antonio Torres Heredia,
 hijo y nieto de Camborios,                      
 con una vara de mimbre                          
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna,                 5         
anda despacio y garboso.                         
Sus empavonados bucles
 le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
 cortó limones redondos,          10         
y los fue tirando al agua
 hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera                 15        
 lo llevó codo con codo.
                  ***
 El día de va despacio,                             
la tarde colgada a un hombro
, dando una larga torera
 sobre el mar y los arroyos.        20
Las aceitunas aguardan 
   la noche de Capricornio,                      
y una corta brisa, ecuestre,
 salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,              25
 hijo y nieto de Camborios,
 viene sin vara de mimbre                       
 entre los cinco tricornios.                                                                                
 -Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,              30      
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
 Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos             35                              
 que iban por el monte solos!  
que iban por el monte solos!
 Están los viejos cuchillos
 tiritando bajo el polvo.
***                                           
   A las nueve de la noche
 lo llevan al calabozo,                   40
 mientras los guardias civiles                
  beben limonada todos.   
  Y a las nueve de la noche   
    le cierran el calabozo,         
   mientras el cielo reluce            45                                        
   como la grupa de un potro.               
Pertenece al Romancero gitano.

POEMAS DE PEDRO SALINAS
Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,

Rojos. Fue un beso tan corto
Que duró más que un relámpago,
Que un milagro, más.                      
El tiempo,
Después de dártelo
No lo quise para nada
Ya, para nada
Lo había querido antes.
Se empezó en él, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
Estoy solo con mis labios.
Los pongo
No en tu boca, no, ya no
-¿A dónde se me ha escapado?-
Los pongo
En el beso que te di
Ayer, en las bocas juntas
Del beso que se besaron.
Y dura este beso más
Que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
Ni una boca lo que beso,
Que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.









EL CONTEMPLADO
De mirarte tanto y tanto,                             1
de horizonte a la arena,
despacio,
del caracol al celaje,
brillo a brillo, pasmo a pasmo,                  5
te he dado nombre; los ojos
te lo encontraron, mirándote.
Por las noches,
soñando que te miraba,
al abrigo de los párpados                           10
maduró, sin yo saberlo,
este nombre tan redondo
que hoy me descendió a los labios.
Y lo dicen asombrados
de lo tarde que lo dicen.                             15
¡Si era fatal el llamártelo!
¡Si antes de la voz, ya estaba
en el silencio tan claro!
¡Si tú has sido para mí,
desde el día                                                  20
que mis ojos te estrenaron,
el contemplado, el constante
Contemplado!
                                                Pedro Salinas, de El contemplado, 1946










POEMAS DE PABLO NERUDA

“NIÑA MORENA Y ÁGIL…”
Poema 19
Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,                1
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.
Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras          5
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.                            10
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva,                                   15
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.
                                                     Veinte poemas de amor y una canción desesperada


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,  1
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma                5
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.            10
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.                      15
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
                    20
Pablo Neruda: Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)



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